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miércoles, 19 de octubre de 2011

PARQUES Y JARDINES: CUANDO SE UTILIZA “EL VERDE” PARA DECORAR LAS URNAS (Abandono y deterioro de los espacios verdes y públicos en Conil de la Frontera)

¡VOTA VERDE!
Estamos pensando, y nos duele, que el Ayuntamiento desprecia todo aquello que tenga que ver con “lo verde”. Haciendo un rápido recorrido por los rincones más “amazónicos” de nuestro pueblo veremos como el avance del “desierto”, propiciado por la desidia y la mentira de unas siglas que ya no engañan a nadie, es imparable.

Parque litoral situado en la parte frontal del Hotel Fuerte

Podremos ser unos auténticos peñazos repitiendo, sin respirar y sin pestañear, que el bosquecillo de la Fontanilla fue talado para construir esa especie de” hotel-aeropuerto-centro comercial-hospital-palacio de congresos”, más propio de Ohio que de Conil, y no moriremos por ello. Así que volvemos a decir que centenares de árboles fueron arrancados para construir “El Gran Conil”, dejando una mínima muestra de lo que aquello era, con la que pretenden  sorprender al turista (por aquello de que hay que ser sostenible y respetuoso con el medio), y sobre la que han ejecutado  una especie de circuito sobre tablones de madera que desemboca en dos miradores que asoman a nuestras espectaculares playas para deslumbrar al personal con las maravillas que tiene el municipio. Pero cuando miramos hacia atrás nos ciega  ese “hotel-aeropuerto-centro comercial-hospital-palacio de congresos” ¿de Ohio?, que ocupa el lugar del histórico bosquecillo de la Fontanilla, que recordaremos siempre y al que nos referiremos como uno de los símbolos que “avalan” la política verde del equipo de gobierno. ¿Somos pesados? Pues esta canción no vamos a parar de repetirla.

Parque situado en la parte delantera del Hotel Fuerte (Desde la primavera y aún en estas fechas están los restos vegetales en la zona)

Parque de la Atalaya. Zona situada a la entrada del Hotel Conil Park

Parque de la Atalaya. Zona a la entrada del Hotel Conil Park

Damos por sentado que uno de los puntos del convenio cerrado por el consistorio y esta especie de “nave matriz” posada sobre La Fontanilla es, que tanto la construcción  como el  mantenimiento del circuito de tablas que recorre “los restos del naufragio”, así como el cuidado de estos, corren a cuenta de los “marcianos”.  Del mismo modo que la responsabilidad de los cuidados  del parque situado en la parte anterior del Hotel Fuerte I y Fuerte II, recaía sobre esta cadena y los jardines estaban frondosos y lozanos… Pero parece ser que este año “aquel compromiso”, firmado o pactado, ha expirado y la conservación y cuidados de los jardines ha pasado a manos del Ayuntamiento. ¡Y se nota! ¡Vaya que si se nota!  Cuando la gestión la realiza un particular el espacio es un jardín en condiciones, pero en cuanto pasa a manos del consistorio se convierte prácticamente en un solar abandonado a su suerte. Sólo hay que echar un vistazo a la zona frontal del parque de la Atalaya (donde está el kiosco-bar). La diferencia es bestial. ¡ESTÁ IMPECABLE! Nuestra felicitación desde La Laja a Pedro de Alba que lo cuida como los ingleses cuidan sus parques. ¡ENHORABUENA! Lo que demuestra que es cuestión, no sólo de educación, sino respeto por “lo verde”, voluntad, sensibilidad y buen gusto.

Parque de la Atalaya. Zona mantenida por el Kiosco-Bar de la Atalaya

Parque de la Atalaya. Espacio cuidado por el Kiosco-Bar de la Atalaya

Y si visitan ustedes “las zonas verdes” del pueblo (aquí nos referimos exclusivamente a plazas, plazuelas, calles y jardines del casco urbano y perímetro más próximo),  comprenderán el porqué de lo demás. “Donde fueres haz lo que vieres” dice el refrán así que  “Voy a ser yo el único idiota que mantenga limpio el pueblo” (Bueno ya tenemos a Pedro, pero Pedro por favor sigue siendo idiota, tal vez termines contagiando al resto. ¡Ojalá!).
Parque de la Atalaya. Zona del Kiosco-Bar

A destacar el parque tipo Alameda que discurre entre las calles Torre de Hércules y Torre de Roche, en la Atalaya. Es todo un ejemplo de abandono. Árboles y ejemplares de arbustos que mantenían un buen porte y una envidiable floración (y costosos), este verano se han secado, o presentan un estado lamentable, por falta de riego ¿hay sequía? ¿De dinero?... Fue espectacular el Castillo de Fuegos Artificiales, que como guinda para pastel, cerró la Feria de las Virtudes este año. El mejor tal vez de los últimos años… Dos ferias mantiene el pueblo de Conil, lo que contrasta con la actual situación de crisis… Precisamente se cuentan ya por decenas los municipios en Andalucía que han suprimido sus ferias y eso que sólo tienen una…

Vegetación seca en el Jardín que discurre entre las calles Hércules y Torre de Roche
Arbustos y árboles secos por falta de riego este verano en el parque situado entre las calles Hércules y Torre de Roche

Otro ejemplo que abruma y deprime es la Plaza del Molino situada en la parte alta del Barrio de La Mar. Algunos vecinos lo describen como “una plaza meadero y algo más…” A parte de la pésima conservación del recinto y del molino, la zona que se ajardinó ha sido casi devastada, sólo las adelfas perduran porque son de naturaleza dura y los bancos de asientos están destrozados. Un sitio que bien conservado tendría gancho y resultaría muy agradable de disfrutar: sentarse en un banco bajo la sombra de un árbol; observar las vistas que ofrece del Pinar de la Atalaya y del mar. …

Plaza-mirador del Molino en el barrio de la Mar
                                           Plaza-mirador del Molino. !Bonitos parterres!
Plaza-mirador del Molino. ¡Zona verde!
Plaza-mirador del Molino. !Mobiliario urbano en perfecto estado!

Otra clara muestra de desinterés y buen deshacer, por y de  las zonas verdes y públicas de Conil, es el parque situado entre la Avenida de la Música (Ronda Norte), Camino de Chiclana y Juan Sebastián Bach. Para situarnos mejor, el que está frente al Mercadona. ¿Lo han visto alguna vez limpio y verde? Creo que hoy por hoy es uno de los jardines de “hierbajos”, matojos secos y bolsas de plástico más consolidado de la provincia de Cádiz. Sólo cuando lo abrieron lo vimos verde y limpio…
Jardín Avda. de la Música. Vegetación salvaje y árboles secos

Jardín Avda. de la Música. Vegetación silvestre seca, papeles y plásticos...

Jardín Avda. de la Música. ¡Un espacio para disfrutar!
Pero si quieren una prueba, tal vez más patética y bochornosa, sobre mantenimiento y promoción de estos espacios vayan a dar a un paseo al  mirador “El balcón de El palmar”. Es uno de los espacios más jóvenes y  peor cuidados de la Villa. Aunque su aspecto acompaña al conjunto urbano en el que está inmerso. Es un fiel y leal ejemplo del episodio urbanístico que hemos vivido los últimos años en este país, ya que toda la zona residencial, con el jardín público incluido, (ejecutado en la última década y la mayor parte en el último lustro) es de pésima calidad (Pinchad aquí). Sólo hay que observar las enormes y tremendas grietas que recorren las fachadas de los edificios y el material usado para equipar los espacios públicos: Está todo despedazado y las grandes matas de hierbas secas junto a un césped seco o arrancado, relucen con todo su “esplendor”… Se salva este mirador por las envidiables y casi delirantes vistas hacia El Prado-Castilnovo, hacia los Cerros de Patría, del Higuerón, Buenavista y los montes del Marqués en el Parque Natural de la Breña.

Paseo-jardín-mirador de "El Balcón de El Palmar".
Paseo-Jardín-Mirador de "El Balcón de El Palmar". ¡Perfecto estado de mantenimiento!
Paseo-Jardín-Mirador de "El Balcón de El Palmar". ¡Cuidado!
Visto  lo visto, y  viendo que cuando no hay interés no lo hay, por mucho “Verde” que nos intenten meter en campañas de sensibilidad, en Agendas 21, en DVD para que lo trabajen los alumnos en clase… y en épocas electorales, tal vez lo más acertado -dado la desastrosa gestión sobre estos espacios- sea  recuperar el modelo de zona “verde”, pionero, criticado, y el origen de la actual política sobre plazas, parques y jardines en Conil. Nos referimos a la “plaza del Chapapote” en El Santo o Los Molinos. A partir de este modelo original se percataron de lo barato y fácil que puede ser conservar una plaza o parque: Alquitrán cada diez años, bancos de  acero y árboles salteados resistentes al frío, calor, lluvia y sequía… Además se cuidará mejor porque siempre estará vacío… En realidad sólo hay gente cuando entran y salen los niños del colegio.

Plaza del "Chapapote" (El Santo). Alquitrán por "verde"
Plaza del "Chapopete" en El Santo. Modelo pionero de espacio público en Conil

Pero aún más rentable sale el tema si, como en el mirador del Jabiguero, el césped de los parterres se pone de plástico… Lo que ya dijimos: Cuando caigan las Palmeras de la Plaza de Santa Catalina a causa del Picudo (ya está cayendo la primera), nos las pondrán como las que ponen algunos restaurantes en sus puertas, de plástico pero con cocos incluidos.

Parterres en el mirador de la Fontanilla con cesped de plástico
El desinterés por las zonas verdes, por nuestros árboles y flora en general, dice mucho de la condición humana y por ende de un pueblo o ciudad. Un parámetro que mide la Calidad de Vida de una localidad, es el número  de metros cuadrados de zona verde por habitante. De nada sirve tener  muchos si éstos son de plástico o están secos.
¿Futuras palmeras de la plaza de Santa Catalina?

Hemos enumerado sólo los espacios más llamativos por su deterioro y abandono, a causa de la mala gestión del Ayuntamiento pero no podemos olvidar la parte que nos toca como usuarios de estos parques, jardines y plazas, ya que tenemos nuestro granito de responsabilidad. Disfruto perdiéndome por el barrio de La Mar viendo sus calles y mini plazoletas cuajadas de macetas y arriates llenos de plantas. Si este ejemplo y esta actitud, saliera fuera de esos callejones Conil podría presumir de parques y jardines. Pero este empujón hay que darlo desde arriba y desde ahí actuar, primero con firmeza para atajar el vandalismo que asola a la población y cuyas víctimas primeras son siempre estos espacios, lo que a su vez desmotiva a la gente, y después con empeño, como el que pone Pedro en la Atalaya, porque si se puede hacer aquí,  es que se puede hacer en los demás sitios. Es evidente que sin sensibilidad es imposible, pero si  la tenemos y encima somos constantes y tozudos podemos conseguirlo. Sólo nos falta la ayuda, o mejor dicho,  la prioridad que conceda el consistorio a este tema, ya que  todo empieza por esto.
Terminamos con una frase como suele hacer nuestro señor alcalde en sus escritos, comunicados o declaraciones:
“Yo adoro los árboles, adoro sus colores. A mis ojos, representan la vida y el espíritu. Lo digo a menudo: el paraíso es ciertamente verde”.
Wangari Maathai (Premio Nobel de la Paz 2004)

+ 25 de septiembre de 2011

viernes, 7 de octubre de 2011

EL SILENCIO DE LAS PALMERAS


                                          Palmera situada junto a la Torre de Guzmán (Conil)

(publicado en Diario de Cádiz el 2.1.2011)

             Un recorrido por la costa andaluza puede provocarnos un estremecimiento ante el espectáculo de centenares de palmeras con sus cabezas dobladas o secas, o simplemente sin cabeza, es decir sin copa, sin hoja alguna, como si fueran postes de telégrafos, que es el estado en que quedan una vez que la plaga del picudo rojo ha consumado su devastación. Hermosas palmeras que poblaban nuestro país desde la época árabe (canariensis o datilíferas), de esbeltos troncos,  con esa flexibilidad que las hace casi inmunes a los vientos, parte inseparable de nuestro paisaje urbano y rural, …han ido cayendo una tras otra como resultado de la codicia humana y de la dejación de funciones de los organismos “competentes”, aunque el responsable inmediato sea esa plaga del picudo rojo.
             Una palmera crece como media unos diez o veinte centímetros por año. En consecuencia, cualquiera de mediano porte puede tener veinte, treinta, cuarenta o más años.  Quiere esto decir que no hay vivero que pueda producir estas  palmeras en cantidades industriales y en consecuencia la importación, para su venta -de Túnez, de  Israel, de Egipto fundamentalmente-,  se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos de los últimos tiempos,  ya que por una de ellas pueden pagarse en origen 60 € y venderse después en 6.000 € (aunque los precios han ido oscilando y ahora hay a la venta palmeras de 5 metros por 1.500 €).  Además parece ser que chorrean dinero a su paso, de ahí el interés de bastantes ayuntamientos en convertir su término municipal en un palmeral.  

                                   Palmeras afectadas en la Fuente del Gallo (Conil)
           Hace aproximadamente veinte años que con ellas se introdujo una auténtica plaga bíblica que  propaga un escarabajo denominado picudo rojo, un gorgojo gigante  que tiene un radio de vuelo de hasta cinco kilómetros y que una vez instalado en una palmera acaba con ella.  Las orugas de este escarabajo socavan grandes galerías en las partes más tiernas de las palmas  y en el propio corazón de la palmera, en las que construyen, utilizando su fibra, capullos similares a los de los gusanos de seda pero cinco o seis veces mayores, llegando a instalar colonias de centenares de ellos. Los picudos van saliendo y devorando la planta cuyo final es la muerte, por una conjunción entre el destrozo provocado y  la fermentación de los excrementos y de las zonas afectadas, que  eleva la temperatura en el corazón de la palmera hasta casi quemar. De poco sirven los plaguicidas porque, suponiendo que se logre la eliminación de los atacantes, estos pueden volver en otro momento.
 A mí no me habría preocupado que el insecto acabara con esa otra plaga – una invasión norteamericana, en este caso- que es la de las palmeras washingtonias, que, plantadas masivamente, han escapado de los jardines invadiendo cunetas y trepando por los montes. Parece que estamos en América, también por esto. Pero es que el dichoso insecto solo ataca a las datileras y canariensis. Y al parecer ya se ha pasado a los palmitos. Un desastre.

                                                      Palmeras infestadas en Vejer (Cádiz) 

            En este país llamado España existe un Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, que cuenta con una Subdirección General de Acuerdos Sanitarios y Control en Frontera, cuyo cometido es la prevención y vigilancia fitosanitaria en frontera, controles en  sanidad vegetal y coordinación con las CC.AA. Mucha estructura pero esto no ha funcionado. Las palmeras han continuado entrando por nuestros puertos; los ayuntamientos –con una irresponsabilidad absoluta-  han seguido  trasegando con palmeras de un lado a otro; las podas de las mismas (terribles las del Ayuntamiento de Cádiz, en donde a veces las dejan con solo tres o cuatro palmas) se han mantenido,  aun a sabiendas de que el picudo acude preferentemente a la palmera podada; las palmas y otros productos de la poda han circulado alegremente por las ciudades en lugar de quemarse de inmediato, siendo frecuentemente esparcidos por distintos lugares.  Todo un cúmulo de despropósitos, con resultados nefastos: la desaparición de numerosos oasis  del NE de África, vendidos al mejor postor;  la especulación (y presunta corrupción) desatada en torno a las palmeras; la muerte de numerosos ejemplares que se han plantado alegremente en el propio cemento, sin acondicionarles siquiera alcorques adecuados con tierra suficiente; y, lo que es peor: la propagación de esta plaga por toda España.
              Ahora han comenzado a exigir cuarentena a los ejemplares importados ¿Pero que ha sucedido en los 19 o 20 años anteriores, desde que se detectó la plaga?  Aquí tenían que rodar cabezas: En el Ministerio, en las CC.AA. y en los Ayuntamientos. Y desde luego prohibir las importaciones.  Pero en este país nadie responde por nada.           
Cádiz, 1 de enero  de 2011
Fdo.: Purificación González de la Blanca,
Cofundadora de AGADÉN