El
verano pasado La Laja denunció repetidamente
ante el Ayuntamiento la situación insalubre del río salado. Un verano en
el que el río presentó un aspecto nauseabundo: agua estancada y putrefacta,
presencia masiva de algas y mortandad masiva de peces debido a la falta de
oxígeno y olor a alcantarilla. Pese a la insistencia de esta asociación en la
instalación de carteles que previnieran al bañista de la situación, el
Ayuntamiento no reaccionó a tiempo, permitiendo por desgracia que muchos
veraneantes imprudentes o desconocedores de la realidad se bañaran en esas
aguas insalubres.
La
situación económica actual hace imposible la construcción o reubicación
adecuada de la depuradora, su posible ampliación y adecuación a la realidad
poblacional en la estación estival, o el acoplamiento de un emisario submarino.
La inviabilidad de estas opciones no deja otra salida que las intervenciones
anuales de apertura de la desembocadura del río para permitir la entrada y
salida del agua.
Con
esta intervención, la
Demarcación de Costas de Andalucía-Atlántico pretende evitar
la deriva natural del Río Salado, que invade parte de la Playa de los Bateles
provocando un taponamiento que a su vez es responsable del estancamiento de las
aguas. Los trabajos consistirán en un masivo movimiento de arenas a través de
excavadoras y camiones, que sacarán de la boca del río cientos de toneladas de
arena hasta abrirla un mínimo de 300
m . lineales.
La
belleza del río en su cauce natural es innegable, formando unos meandros que
serpentean hasta llegar al mar. Es una pena que este paisaje único no pueda
conservarse durante el verano, pero más lástima provoca ver a niños y niñas
sumergidos en aguas turbias llenas de materia orgánica procedente de la
depuradora. Desde la Laja
esperamos que cuanto antes pueda darse una solución definitiva a este problema,
y que se pueda dejar al río fluir libremente hacia al mar. Mientras ese día
llega, solo queda el dragado.
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