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sábado, 14 de abril de 2012

PASEANDO POR LAS CALLES DEL VIEJO CONIL…

Tal como era
                                                       
Tal como es


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Nos gustaría escribir sobre como se cuida, protege y mima el casco histórico de conil,  pero nos lo ponen tan difícil… Los “pegotes” abundan y proliferan como jaramagos en  el campo, aunque tenemos que decir que muchos de ellos tienen solución, sólo es cuestión de hacerles un buen lavado de cara.

Gracias a algunas instituciones –como por ejemplo el Museo de “Raíces Conileñas”-, a la bibliografía que se conserva en diferentes archivos, al excepcional legado fotográfico que poseen muchos particulares y a las descripciones e historias que nuestros mayores nos cuentan de Conil, descubrimos que esta villa ha sido uno de los pueblos más pintorescos y atractivos que había en España y que de haberse conservado, sin duda, estaría hoy por hoy en la lista de los más bellos y de mayor encanto  no sólo de nuestra geografía nacional, sino de la Europea. Un mágico entramado de callejuelas, casas y patios, circundado por murallas, rodeado por arroyos, cañaverales, pitones y tuneras... la dehesa y el mar. Un conjunto de casas blancas rematadas por tejas o azoteas, desde las que se podía divisar  (desde cualquiera), el esplendor del Atlántico a través de sus ventanas, terrazas o balcones. En su totalidad el pueblo en sí constituía un gran mirador  al Océano. Bastaba echar desde cualquier vivienda una ojeada hacia Levante y observar  las voluptuosas montañas del Rif, que allá en la lejanía rompen el horizonte marino perfilando la impresionante silueta del Continente africano. Y en una simple vuelta de ojo, hacia Poniente, acá en la cercanía, contemplar el lineal, armónico y suave tajo que se desploma sobre el mar: El cabo de Roche. Acantilado que con sus vespertinos reflejos dorados y sus retintos atardeceres parece que respira… ¡Está vivo! Un enclave mágico para un pueblo mágico...

Por esto y otros motivos nos duele que se haya tratado, y se siga tratando, con gran desprecio al patrimonio de Conil, y perdonen si duele, pero no sólo por la Administración sino por los propios conileños. Tendemos a responsabilizar de todas las intervenciones que se realizan en el casco histórico a nuestros gobernantes, -en ocasiones han cometido auténticos atentados contra el patrimonio-, pero el ciudadano lo ha consentido, lo sigue consintiendo y con frecuencia es quien las demanda, solicita y reclama buscando sólo el beneficio propio.  El casco antiguo ha sido castigado durísimamente  estos últimos años. En la historia centenaria de Conil nunca nuestro “viejo” centro ha sufrido tanto  como en estas dos últimas décadas por la brutal especulación urbanística, lo que ha provocado la desaparición de buena parte de nuestro patrimonio, y el que ha sobrevivido se valora poco, por lo que se permiten realizar pequeñas intervenciones que no sólo es que dañen, sino que ofrecen una imagen que afecta negativa a nuestros sentidos, sobre todo al de la vista. El resultado es que al final el atractivo de Conil recae prácticamente sobre sus playas (excelentes) y  el interés por  su patrimonio histórico y cultural  se ha mermado hasta un punto que poco interesa.

 Si hubiera existido una conciencia, una sensibilidad por conservar el legado patrimonial, y los gestores hubieran estado en donde tenían que haber estado, no sólo ejerciendo como guardianes sino como auténticos mecenas de sus propios bienes culturales y patrimoniales, Conil disfrutaría de un doble atractivo: El cultural y el natural. Esto es algo que  buscamos todos  los que visitamos otros lugares. Sin duda Conil ocuparía un lugar muy destacado entre los pueblos europeos con un Conjunto histórico-artístico de especial interés.




Pero Conil ha sido uno más de tantos pueblos y ciudades que ha apostado por esta política, más esquizoide que desarrollista, sufrida en los últimos años en este país. Ha participado de lleno en este último y desolador episodio histórico cuyas consecuencias vivimos ahora y que no sólo padecemos sufriendo la pérdida de muchos derechos sociales y laborales… sino que ha supuesto la pérdida irreversible de un fabuloso legado patrimonial –y natural-, vendido al mejor postor  Nada mejor que ilustrar lo que ha sucedido con esta viñeta



Hemos presenciado el derribo de muchas casas, algunas de considerable valor artístico o de gran interés etnológico o antropológico. Hemos sido testigos de la destrucción de espacios comunes y libres, como patios, plazuelas, callejones y su posterior transformación, en locales comerciales, en habitaciones para alquiler, en terrazas para bares o restaurantes…La esencia prácticamente ha desaparecido...


                                  Patio de la Calle Cádiz


                                  Patio de la Calle Cádiz


“Lo perdido al río”, se suele decir, y por eso seguimos “perdiendo” porque la política de acoso y derribo, por desgracia, se sigue ejerciendo sobre el casco histórico sin control y aunque paradójicamente vemos invertir mucho dinero para “recuperar” (algo muy cuestionable) edificios de notable calidad arquitectónica y/o artística ,o de un enorme valor cultural, se sigue destrozandoYa hablaremos de La Chanca...

En esta ocasión nos centramos en las pequeñas intervenciones que si bien no nos dejan en estado catatónico, sí llenos de perplejidad ante tanto despropósito y no sabemos si evaluarlas  o considerarlas como actos “de favor”, ignorancia, desinterés, falta de sensibilidad, desidia o sencillamente es que hay algún demonio que somete, domina e impone su sentido de la estética. ¿En manos de quién está vestir al santo? ¿Quién proyecta, decora e instala? ¿Quién interviene sobre nuestras calles, plazas, fachadas? ¿Quién manda en esto? Porque esta es la sensación que tenemos, que alguien que va de “exquisito” impone, o decide, de manera unilateral. No hablamos ya de supuestos intereses, sino del mal gusto que rige, y aunque para gustos los colores, hay cosas que  ni por ahí entran. Y si no entren, miren y puntúen. No vendría mal crear un departamento de estética para mantener, supervisar y controlar los proyectos, la ejecución y el acabado de las obras, independientemente de la envergadura o dimensión que tengan.

Pero como dijimos antes, aunque la mayor responsabilidad sin duda es del Consistorio, deberíamos aplicarnos el “mea culpa” porque aunque es evidente la “mano blanda” o la ausencia de ésta a la hora de hacer cumplir las normas y las leyes, éstas existen. El hecho de que la Administración no cumpla, no nos legitima para hacer lo contrario que marca la ley (aunque no nos guste), y en uno mismo está el acatar las normas y más cuando el beneficio es para todos. Es algo más que un mero compromiso, es una cuestión de honestidad e integridad no sólo con nosotros mismos, sino con la Comunidad de la que somos parte, por lo que no hay que dejarse seducir por la “gallinita que se hace la ciega”. Ser legal por puro principio y no porque  me lo imponen. Esta es la cuestión.

Y como una imagen vale más que mil palabras os dejamos una presentación gráfica de algunas intervenciones pasadas y recientes en nuestro dañado, castigado y mal apreciado casco histórico. Sólo basta PINCHAR AQUÍ

1. Podéis observar la Muralla árabe de la Puerta de Cádiz, después de haberla rematado en su parte superior con ladrillos para dar forma a la terraza-azotea de la casa aledaña en construcción, se ha enfoscado completamente. Una pared más de una casa más…También el conjunto que constituye el espacio de La Puerta de “Cái”, ha sido transformado. Su piso, curiosamente es diferente al que se ha colocado en las calles obradas durante el famoso plan E y curiosamente se introduce en el interior de la vivienda que lleva años, bajo el lema de la restauración, construyéndose. Un suelo que sirve de base para un mobiliario urbano con matices futuristas que se mezclan con una desastrosa amalgama de azulejos de cuarto de baño -haciendo apaños-, de los zócalos de las casas, y que producen un daño en la retina similar a cuando te meten un dedo en el ojo.  Por mucho diseño que han querido poner, el espacio es “criminal” y si el fin era hacernos creer que el futuro en Conil pasa por un estilo galáctico,  una vez más, de tantas, no sólo no lo consiguen sino que produce esa sensación tan desagradable y patética del “quiero y no puedo”. Por cierto ¿dónde están las tres Jacarandas que daban sombra a las tertulias de los hombres de la mar?


                                  Resto de la Muralla de Conil


                                  Remate final de la Muralla

<!  2.  Si bajamos por la Calle Cádiz, cada vez más irreconocible, nos percataremos  que han desaparecido muchos patios, otros han modificado sustancialmente su aspecto original y algunos se han convertido en meros almacenes para cajas de cervezas y refrescos. Al llegar al cruce  con la Calle José Tomás Borrego encontramos la nueva imagen de la Discoteca que se levantó (derribando casa) hace pocos años. Y para que se vea bien, se han perfilado los salientes de su fachada de un rabioso color naranja… ¿Se permitiría esto en Vejer? Ya sabemos que las comparaciones son odiosas, pero hay que hacerlas.


f
3. 3. Junto a la Parroquia de Santa Catalina, antiguo Convento de los Mínimos del S. XVI, una clínica dental enciende sus agresivos neones en verde para que se pueda contemplar desde el mismísimo Arco de la Villa…  El Ayuntamiento, será por las numerosas críticas y quejas recibidas, ha reculado y ha ordenado que se eliminen lo más grandes... Pero ¿Cómo es que se dejó ponerlas? Porque nos imaginamos que “los acabados” de cualquier edifico tiene el visto bueno de la Oficina Técnica…



4.  El pasadizo que comunica la Calle San Sebastián y el barrio de la Carretería es mejor ni comentarlo. Sólo agradecer que no de el Sol sobre esas paredes brillantes y de tacto resbaladizo…





5.   Uno de los ancianos molinos de viento que se encuentran en la zona de El Santo ha sido “rehabilitado” y donde debieran ir aspas han colocado una “cápsula”. El invento no es otro que un observatorio para contemplar las estrellas… ¡¡¡Es conocida fuera de nuestras fronteras la afición  y el interés que existe en el municipio sobre el conocimiento del Universo y los astros!!! ¿No hubiera sido más correcto haberlo recuperado, como en la vecina Vejer, aunque sólo fuera por interés turístico? Pero una vez más el Ayuntamiento ha querido proyectar Conil hacia las galaxias y no se da cuenta que con tanto querer mirar a las estrellas, está estrellando su patrimonio.



Y así podríamos hacer un callejero de atrocidades y “rincones kitsch” de Conil, sólo os ofrecemos una pequeña muestra. Por desgracia hay muchos rincones irreconocibles pero con solución. Las cosas se pueden hacer mucho mejor y por un motivo: porque Conil se lo merece y punto.

Y como no queremos dejaros con el sabor agrio que dejan las críticas, PINCHANDO AQUÍ podréis comprobar que precisamente Conil no es un pueblo que haya destacado a lo largo de su historia por el mal gusto, la dejadez, la indiferencia…, sino por todo lo contrario.  Basta ver casas, calles, rincones…, pequeños restos, detalles, trazados, elementos, acabados… todos tan exquisitos , originales y auténticos que durante un larguísimo tiempo  Conil fue –junto a Vejer-, un pueblo único no sólo en esta provincia de Cádiz, ni enAndalucía, sino en toda Europa. Cómo más o menos vino a decir Juan Agudo Torrico, Profesor de Antropología de la  Universidad de Sevilla, en las I Jornadas del Patrimonio Natural y Cultural de La Janda, organizadas por La Laja en la primavera de 2004, “Catedrales barrocas en Europa las podemos ver en Tarifa y en Berlín, en Amsterdam y en Roma, pero estas casas, estos patios, estas calles, no existen en ninguna otra parte del mundo, sólo aquí”. Por eso insistimos: Muchas intervenciones son reversibles. ¿Para cuando un departamento de expertos?