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miércoles, 17 de agosto de 2011

La ejecución de la colonia de Gatos de la bajada del Chorrillo y la Perrera contratada por el Ayto. de Conil: GESSER de Jerez

Fotografía de colonia de gatos capturada por Gesser
En una muestra insensibilidad, el  Ayuntamiento de Conil dio la orden para que los operarios de su perrera  atraparan a los gatos que vivían en paz en la Bajada al Chorrillo esquina con el Paseo Marítimo. Que sean atrapados por los “laceros” supuso, por desgracia, su inmediata condena a muerte. Aprovechando este hecho cruel y premeditado y, como veremos, innecesario e injustificado, queremos mostrar al que lo desconozca cómo funciona la perrera de Jérez con la que el Ayuntamiento tiene contratada la recogida y ejecución de perros y gatos: GESSER Quizá nos tilden, como es habitual, de manipuladores al utilizar el término “ejecución” en vez del suave, relamido y políticamente correcto de “sacrifico”, pero sin duda el primero se ajusta más a la práctica real de estos centros de exterminio sistemático, ya que “sacrifico” tiene connotaciones de voluntariedad, cosa que no ocurre aquí, practicándose además  el “sacrificio” a un animal por cuestiones, curiosamente, humanitarias, para evitar prolongadas agonías o sufrimientos largos y dolorosos. Tampoco es el caso. Estos animales vivían en una perfecta consonancia con el mundo urbano que les rodeaba. No en vano, a través de testimonios recogidos en la zona por La Laja, los vecinos no solo recuerdan esta colonia felina desde el tiempo de sus abuelos, sino que afirman que fueron ellos mismos los que la crearon y se encargaron de mantenerla. La función era, al igual que en la actualidad, evitar la proliferación de ratas que invadían los cañaverales próximos y que acababan por extenderse más allá. Un remedio natural que evitaba el uso de peligrosos y tóxicos “mataratas”. Según sus propias observaciones ya pueden contemplarse ratas deambulando a plena luz del día por la zona del Chorrillo. Sin embargo, y  sin hacer ningún mal a nadie, han sido todos asesinados: animales viejos, hembras y crías: sin compasión. ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones que llevan a acabar con estos animales? ¿Para quién resultaban un problema? ¿Quién dio la orden política? ¿Acaso la “dictadura del turista” hizo de las suyas? La experiencia de muchos veranos en Conil nos hace apuntar a la llamada quejumbrosa y arrogante de alguno de esos turistas que en vez de disfrutar de la playa se dedican a menospreciar y a dar lecciones de civismo. Estos animales llevaban años conviviendo en el pueblo, y no parecía que a los vecinos, que les bajaban comida y agua todos los días, les molestase su presencia. Nos encantaría que algún responsable de la decisión se acercara a la zona  a  explicar a alguna de las viejecitas, que tenían a los gatillos como excusa para salir a pasear todos los días, el por qué han acabado con ellos.
GESSER: empresa privada encargada de limpiar la calle y matar a los animales
Gesser es una empresa privada que se dedica a la recogida y gestión de animales abandonados, callejeros o perdidos. Por tanto no les preocupa ni el bienestar animal, ya que se dedican a matarlos, ni por supuesto su protección. Tampoco les interesa salvarlos, ya que eso implica mayor permanencia en su centro con el consiguiente gasto económico en alimentación y cuidados.  Ni tan siquiera tienen página web ni un sistema de gestión de adopciones como ocurre en otras perreras. Es más, cuando en raros periodos han tenido jaulas vacías han seguido sacrificando sin compasión, pese a que podían alargar el tiempo de espera. No les interesan los animales, sólo el beneficio que obtienen con su captura o ejecución. El Ayuntamiento de Conil tiene contratado con esta empresa dicho servicio. Esta perrera es sencillamente un lugar tétrico y horrible. Pueden contemplarla en fotos y vídeos en Internet, pero no vayan a verla jamás sino es para salvar a algún animal, ya que el espectáculo invita al desasosiego. ¿Cómo actúa? Básicamente les interesa coger el mayor número de perros y gatos de la calle. Por eso, en cuanto los vean aparecer, cojan a sus animales, porque ellos jamás preguntan. Capturan al animal, se lo llevan a su infernal guarida, y si usted desea recuperarlo le cobran 50 euros. Si usted no puede pagarlo por la razón que sea, económica o de disponibilidad, el animal será asesinado. De igual forma, si usted no lo recogiera en 10 días, dé a su perro o gato por muerto. Por otra parte, no tenemos conocimiento de que exista algún mecanismo a través del cual el Ayuntamiento controle que estas normas se cumplen, aunque suponemos, como es lógico, que el dinero público mensual que se paga por dicho servicio tiene un estricto control. Con esto queremos señalar que este tipo de servicios no velan por la integridad ni las vidas de los animales. No son voluntarios de una Protectora de animales ni una ONG. Son una empresa con grandes beneficios que se lucra de forma absolutamente inmoral.
¿Cuál es el procedimiento para matarlos? El animal que tiene la desventura de entrar en Gesser tiene poquísimas probabilidades de salvarse. Si está sano, permanecerá un máximo de 10 días en espera de que un posible visitante llegue y se fije, de entre cientos, en él, adoptándolo y salvándolo. Pasados esos 10 días el animal es ejecutado. Si el animal está enfermo o se considera como tal (un estornudo fortuito sería suficiente), o bien presenta alguna lesión física como una ligera cojera, es automáticamente introducido en la sala de eutanasias y  asesinado sin necesidad de esperar ni un solo minuto. Seguro que los gobernantes de Conil conocen y vigilan el funcionamiento de su perrera, y que periódicamente envían técnicos para comprobar que se cumple en su centro, y por tanto en el Ayuntamiento, la Ley Andaluza de Protección Animal.
SOLUCIONES Y ALTERNATIVAS A LAS EMPRESAS-PERRERAS: EL “SACRIFICIO CERO”
¿Hay otras soluciones al problema de los animales callejeros que no pase por asesinarlos de forma indiscriminada? Sí, las hay. Y si no se aplican en Conil es porque no se quiere o no se ha indagado lo suficiente, porque es tan sencillo como contactar con algunos de los cientos de municipios españoles en los que existe el “sacrificio cero” e informarse de cómo se crea un refugio para animales abandonados. ¿Quién gestionaría un refugio  para animales sin techo? Hay muchísimas personas y asociaciones que trabajan por los animales, incluso aquí en Conil, y que con un pequeño apoyo de la administración, salvarían a todos los animales abandonados de nuestro municipio; tratándolos, cuidándolos, dándoles un cobijo digno, y sobre todo, no matándolos. Solo hay que apostar por ello y tener la sensibilidad suficiente. Además el Ayuntamiento podría entonces, y con razones de peso, presumir de ser un municipio que no mata a sus animales. Traspasar la gestión de una perrera a un refugio de voluntarios es sencillo y beneficioso para todos: el poder público se libra de la decisión impopular de tener que matar a los animales callejeros y adquiere un compromiso ético; los voluntarios pueden ejercer su labor en un entorno de seguridad y colaboración; y los animales tendrían una segunda oportunidad.
¿Otras opciones para poder haber salvado a estos gatos del Chorrillo? Desde luego. Hace ya varios años, en muchas ciudades, los ayuntamientos, con la colaboración de asociaciones animalistas y particulares, impulsan lo que se denomina como “CONTROL DE COLONIAS FELINAS”. El objetivo no es matarlos o erradicarlos como si fueran una plaga bíblica, sino integrarlos en la ciudad de una forma coherente, controlada y vigilada. Algunas de las acciones que se llevan a cabo son:
-          Vigilar y controlar el crecimiento de la población de la colonia: tan sencillo como atrapar a las hembras, esterilizarlas y volver a soltarlas en su lugar.
-          Desparasitaciones y vacunas periódicas. La forma de que estos animales callejeros no porten parásitos potencialmente transmisores de alguna enfermedad  es a través de la administración en la comida de pastillas de desparasitación, que ingieren de forma sencilla. Las vacunas se administran una vez  al año, y de nuevo, para aquellos animales que no se dejen atrapar, se utiliza la sedacción.
-          Periódicamente rociar la zona con desparasitadores y desinfectantes. De esta forma se evita la presencia de parásitos en las zonas donde están presentes y la aparición de plagas.
-          Ubicar las colonias en lugares  adecuados donde no se moleste la circulación de personas o vehículos. Si la colonia se estableciese en un lugar inadecuado se traslada a otro sitio más seguro para todos. El procedimiento es también fácil, sólo hay que crear el punto de comida en la nueva ubicación, y rápidamente los gatos se mudan adonde encuentran alimento.
-          Alimentarlos y proporcionarles agua. Así se evita que tengan que desplazarse por la ciudad en busca de comida.

Los animales de la ciudad son un problema para algunas personas porque esgrimen que ensucian, depositan sus defecaciones, provocan ruidos molestos y pueden provocar accidentes en los espacios públicos. Personalmente podría estar llamando a los “laceros” 24 horas seguidas para que vinieran a llevarse a animales bípedos, disfrazados de humanos, que campan por las calles y espacios públicos de Conil durante el verano cometiendo alguno de estos hechos, cuando no todos a la vez o de forma consecutiva. Quizá haya sido incluso alguno de estos visitantes incívicos el que llamó dando aviso de la molestia que le suponían los gatos del Chorrillo, porque a los ciudadanos de este pueblo no nos suelen hacer caso, pero los turistas tienen la capacidad de ejercer su influencia como ciudadanos preferenciales: algunos lo saben y les encanta.
Por último, y anticipándonos a la contestación que puedan darnos, nos gustaría nombrar las causas que esgrimirán los políticos para justificar esta drástica decisión. No os vamos a sorprender, porque son tan manidas, pueriles y ortodoxas, que cualquiera puede imaginárselas:
1-   Seguridad vial: dirán que los gatos del Chorrillo cruzaban las vías de circulación de los vehículos, pudiendo provocar accidentes. La velocidad que un vehículo puede llevar como máximo en esa curva no debiera superar los 20 km./h. A esa velocidad cualquiera puede frenar y evitar un atropello. En todo caso, si un animal como el gato es atropellado, lo más que puede pasar es que muera. Teniendo en cuenta que un gato medio pesa en torno a 4 Kg., podemos deducir que ni tan siquiera el parachoques quedaría rallado. Por otra parte, los gatos son animales que una vez creada una colonia donde encuentran comida, como es el caso, no tienden a moverse ni a vagabundear por otras calles, sino que permanecen siempre en la zona. En concreto estos gatos del Chorrillo siempre estaban junto a los bancos o bajo los cañaverales sin hacer daño a nadie. En todo caso, para la seguridad vial es más importante controlar a las decenas de conductores borrachos que circulan por el pueblo a partir de las 6 de la mañana, porque esos sí que son peligrosos, ¿no?

2-   Seguridad sanitaria: dirán que los gatos eran portadores de enfermedades. Suponemos que el Ayuntamiento habrá pedido un informe veterinario sobre las enfermedades que tenían y cómo se transmitían al ser humano. Las enfermedades mortales para los gatos, y por tanto más peligrosas , son la inmunodeficiencia felina;  la leucemia felina; el carcicoma o la leishmania; todas ellas exclusivas de los gatos. Evidentemente de ellas existe la variedad en humanos, pero son independientes y no tienen nada que ver con la que sufren perros y gatos, y por tanto no existe en ellas el contagio gato-humanos. Entonces nos dirán que tenían pulgas o garrapatas. Bien, es normal que estos animales tengan parásitos, y ya hemos comentado como con un control de la colonia felina podría haberse solucionado este inconveniente de forma sencilla. Por otra parte, en las ciudades se conforman determinados equilibrios ecológicos a veces invisibles para los ciudadanos. Si temían realmente por la seguridad sanitaria, esperen a ver el problema que tarde o temprano se presentará por la proliferación lógica de ratas al desaparecer su depredador natural en la ciudad. Y por último sobre este tema, indicar que lo verdaderamente insalubre es el cercano colector del Chorrillo, auténtica fuente de aguas fecales y olores repugnantes, denunciado desde hace años por La Laja sin obtener respuesta municipal, y que inexplicablemente parece pasar inadvertido por los bañistas que disfrutan en las arenas contaminadas y aguas próximas (quien quiera puede escarbar ligeramente por la zona y se encontrará con una arena negra de olor fétido).

3-  Seguridad pública: podrán decir que eran agresivos, que atacaron o mordieron a alguna persona. Quien conocía a estos animales sabe que es falso. Eran gatos absolutamente pacíficos y tranquilos. Muchos de ellos eran acariciados por personas e incluso niños. No era extraño verlos en compañía de vecinos o de visitantes extranjeros que incluso se fotografiaban  con ellos o les llevaban comida.


En definitiva, el Ayuntamiento y el responsable de la decisión, del que esperamos conocer su nombre para citarlo aquí, no tenían ningún motivo para  eliminar y matar a estos animales, y si consideraron que sí existían tales motivos, éstos eran fácilmente subsanables con un mínimo de voluntad y empeño. Pero para molestarse en buscar otras alternativas a la ejecución hay que poseer ciertas sensibilidades, y ante todo respetar la vida de otros seres vivos que no eran culpables de nada. Las decisiones rápidas que afectan a los seres desprotegidos que no se pueden defender son fáciles de tomar.

Pese a todo, nos gustaría señalar la sensibilidad y receptibilidad mostrada con el problema social del abandono y maltrato de animales, por el nuevo Concejal de Medio Ambiente, don Juan Bermúdez, que al menos ha prestado atención al grupo de ciudadanos que reivindican una ciudad respetuosa con los animales y que parece entender que hay otras soluciones, incluso más sencillas, que no supongan la muerte éstos, que no olvidemos que son víctimas y no culpables de nada, y menos de la inconsciencia humana.



1 comentario:

  1. Olá, por favor informa se esta colónia ainda existe ou não ? Paulo (Portugal)

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